SECTOR PRIMARIO

El sector primario es aquel dedicado a la obtención de materias primas del medio natural para ser usados directamente o transformados por la industria. Incluye las actividades de la agricultura, la ganadería, la pesca, la explotación forestal y la caza, aunque esta última no se da apenas como actividad económica.

La agricultura.

La agricultura es la actividad económica que consisten en el cultivo de la tierra para obtener alimentos y materias primas del medio natural. Hoy en día ocupa al 47% de la población mundial, aunque cada vez es menor, y a ella destinamos el 38% de la superficie. Pese a ello, ha disminuido mucho su peso económico, apenas llega al 3% de la producción mundial.


Actualmente debemos hablar de una agricultura de mercado, aquella que produce para vender, no para el auto abastecimiento. Está muy influenciada por la globalización económica dentro de un mercado planetario interconectado, por las nuevas tendencias de consumo (alimentos ecológicos, sin gluten…) y por los grandes avances en la biotecnología y en la química, como el uso de pesticidas, tecnificación de algunas labores agrícolas, los cultivos transgénicos, los tratamientos y elaboraciones de suelo para el cultivo… Los cultivos más frecuentes con el caña de azúcar, el maíz, el arroz, el trigo, las patatas, la remolacha azucarera, la yuca, la soja y los tomates.


La agricultura es de importancia vital, puesto que produce lo más básico que es la alimentación. Prueba de esta importancia es que el control de las tierras fértiles y de los alimentos siguen siendo actualmente motivo de conflictos e incluso de guerras.


Curiosamente en la agricultura nos enfrentamos a una triste situación doble: existe un considerable exceso de alimentos en los mercado de muchos países, a la vez que en el planeta hay más de 850 millones de personas que pasan auténtica hambre, arraigada en el tiempo de forma crónica. Los dos grandes problemas alimentarios del planeta son el hambre y el sobrepeso, una incongruencia que nos muestra en qué situación nos encontramos realmente.


La clave es siempre el reparto de recursos en el mundo. A esta población que sufre hambruna crónica es a la que afecta especialmente la pérdida de tierras cultivables por la contaminación y el cambio climático, la escasez y por tanto el mayor coste del agua, y la especulación sobre el precio de los alimentos en los mercados internacionales globalizados.

Los estados intentan garantizar la soberanía alimentaria, es decir, garantizar y armonizar las necesidades de la población, del medio ambiente y de los mercados, pero no todos pueden conseguirlo. Es urgente y necesaria una intensa reforma agraria mundial, pero hace falta una voluntad política que ahora mismo no existe. El hambre mundial se podría solucionar rápidamente, porque hay alimento de sobra para la población actual, pero hay que esforzarse en ello y que los gobiernos del mundo lo prioricen como uno de los principales problemas que todos tenemos.

Los factores de aprovechamiento agrario.

Denominamos de esta manera a aquellos aspectos que influyen en la producción agraria y la determinan de manera clara. Los hay físicos y humanos.


Los factores físicos, que pueden ser modificados por la tecnología a un alto coste económico y a veces medioambiental, son tres: el clima, en general los cultivos requieren una temperatura y humedad moderadas; el relieve, la altitud baja (especialmente llanuras y valles) y la escasa pendiente son habitualmente las más adecuadas, aunque esto último se puede solucionar con terrazas y bancales; y el suelo: influye la cantidad de oxígeno que contiene, la capacidad de retención de agua o su composición bioquímica.


Los factores humanos son cuatro: la población, porque el aumento demográfico exige una mayor necesidad de alimento y de recursos vegetales; las técnicas, que puedan aumentar la producción y la productividad de las tierras cultivadas; el destino de la producción, la agricultura será muy distinta si se busca el autoabastecimiento en una agricultura de subsistencia donde predominará el policultivo, de una de mercado donde lo habitual es la especialización de cultivos; y por último, las políticas agrarias, ya que estas determinan las leyes por las que se regula, la gestión hidrológica (embalses, trasvases, precios…), las ayudas y subvenciones, las cuotas de producción…

El paisaje agrario.

El paisaje agrario está compuesto por diversos elementos:


Poblamiento: la parte habitada del espacio rural, que puede ser disperso, con las casas separadas por las parcelas agrarias, o concentrado, con las casas agrupadas y las parcelas al alrededor.


Parcelas: son las divisiones del espacio agrario. Según su tamaño pueden ser latifundios (> 100 hectáreas), minifundios (<10 hectáreas) o de tamaño mediano (10-100 hectáreas). Por su forma pueden ser regulares irregulares. Si los límites son visibles por cercas, vallas o muros, se denominan bocage o cercamientos, lo que es propio de la Europa atlántica. Si los límites no son físicamente visible, se usa el término openfields o campos abiertos, que es propio de la Europa central.


Sistemas de cultivo: cuando encontramos que se plantan varias especies vegetales hablaremos de policultivo, y si se especializa en un solo, monocultivo. Si hace falta aportar agua hablaremos de regadío y si es suficiente con la de las precipitaciones lo denominamos secano.

Por último, podemos encontrar paisajes de agricultura intensiva, donde se busca una alta productividad con varias cosechas al año y que requiere grandes inversiones, o podemos encontrar paisajes de agricultura extensiva, que se lleva a cabo en grandes parcelas y que busca una alta producción.

La ganadería.

La ganadería es la cría de animales domesticables para su aprovechamiento económico ya sea de su carne, su leche, su piel, sus huevos, su lana… La ganadería bovina es la de vacas, bueyes y toros; la ovina es la de ovejas; la porcina la de cerdos; la caprina de cabras; la equina de caballos; la avicultura de aves (pollos, pavos…); la apicultura de abejas; y la cunicultura de conejos.

La ganadería tradicional.

Esta ganadería está enfocada al autoconsumo (carne, leche, lana, huevos…), usándose habitualmente como un complemento de la agricultura para el abastecimiento de la familia productora. Por ello los rebaños suelen ser de pequeño tamaño y suelen pastar libremente en aquellas parcelas no cultivadas.
En característica de las zonas intertropicales, las zonas monzónicas y algunas zonas mediterráneas. En aquellas zonas más secas (Sáhara, India…) es prácticamente una ganadería de subsistencia con pastoreo nómada, es decir, las familias van moviéndose con el ganado buscando pastos.

Ganadería de mercado.

Esta ganadería produce para vender, no para el autoconsumo. Existen dos grandes tipos:

Ganadería extensiva: se lleva acabo en grandes extensiones de pastos, por lo que encontramos en zonas como el oeste de Estados Unidos, Argentina o Australia. Requiere escasa mano de obra para el control del ganado y suele estar dedicada al ganado bovino y ovino.


Ganadería intensiva: es propia de los países desarrollados, llevándose a cabo en explotaciones muy especializadas con moderna tecnología en establos acondicionados (de ahí que se diga estabulada). Todo esto requiere grandes inversiones que buscan una alta productividad, pero suele ser muy contaminante y poco respetuosa con los derechos animales. Los tipos de ganadería más frecuentes son la bovina, la porcina y la avícola.

La pesca.

La pesca es la captura en mares, ríos y lagos de animales marinos para su aprovechamiento económico, ya sea para consumo humano directo o para consumo industrial en forma de aceites y harinas.

La pesca artesanal.

Se lleva a cabo cerca de la costa, con aparejos sencillos: redes, arpones, cañas, pequeñas barcas… Su producción es escasa, por lo que predomina el autoabastecimiento. Se suele encontrar en zonas poco desarrolladas económicamente, aunque también en las zonas desarrolladas se usa para especies concretas y costosas, como los percebes en España.

La pesca comercial.

Esta pesca destina las capturas a la venta buscando el beneficio económico, por lo que requiere mayores inversiones en infraestructuras (puertos), tecnología y mano de obra especializada.


La pesca costera se realiza en embarcaciones pequeñas, cerca de la costa, con una producción que se vende directamente en lonjas. Su larga tradición ha provocado a menudo el agotamiento de los fondos marinos próximos.


La pesca de altura se da en alta mar, con expediciones de larga duración, concretamente en aquellos lugares llamados caladeros, que es donde abunda en plancton, base de la cadena alimentaria marina. Usa las técnicas más modernas: radares, sonares, geolocalización o grandes barcos frigoríficos (que almacenan en frío las capturas durante meses) o incluso barcos factoría (que conservan y empaquetan las capturas listas para su comercialización).

Las zonas pesqueras mundiales más importantes son: la plataforma continental (la zona más inmediata a la superficie) como el mar del Norte o Japón; las zonas de contacto entre corrientes cálidas y frías, como Terranova; y las costas próximas a corrientes frías, como Chile, Perú o el suroeste asiático.

Acuicultura.

La acuicultura es cada vez más importante. Consiste en la cría en cautividad de animales y vegetales marinos para su aprovechamiento económico. Se lleva a cabo en zonas marinas bien delimitadas o en piscifactorías, donde se puede controlar la temperatura y calidad del agua, la alimentación…

La explotación forestal.

La explotación forestal consiste en el aprovechamiento económico de los bosques para madera, resina, corcho… Las masas boscosas más explotadas son las selvas tropicales y los bosques templados del hemisferio septentrional. Su explotación ha sido a menudo excesiva, llegando a deforestar extensiones incalculables, con el enorme prejuicio que eso implica. Para intentar solucionar ligeramente este proceso de deforestación, las principales opciones son la repoblación de árboles y la silvicultura, es decir, el cultivo de bosques para su explotación económica.